lunes, 17 de agosto de 2009

Tarde De Cocina.

Recuerdo las primeros años al ir a la cocina,
Veía sartenes y la espalda de mi madre,
Cocinando, creo esa es la foto perfecta
Las madres abnegadas, sus espaldas que cocinan,

Nunca supe como podía hacer,
Eso de cocinar de espaldas y querernos a la vez.

Sentía lástima por los frijoles que limpiaba,
Tan pobrecitos ellos, sin derecho a la sartén,
Negados de nuestra boca, iban a la basura.
Ese sartén, nos probaba que ya habíamos crecido,
No mas eso de subirse a la silla para ver como la gran sorceres
Manipulaba ese huevo estrellado….

Sorceres y su magia, lo mismo daba vida que un hermano.
Lo mismo una tunda que el mejor de los abrazos.
Que lastima no poder envasar el olor de la madre
Para que nos cobije en la desolación.

Se vendería como pan caliente.

De niño, no había personas que no asociara a sus comidas,
Sabia que probaría en cada casa,
Que tan dulce la tía Alicia y su limonada de apertura.

Gabriel, que no terminaba de sorprenderse cuanto habíamos crecido.
Entendí su sorpresa, pues fue la misma que manifesté
Cuando supe que había muerto.

Guillermo y su sensatez de el agua fresca para el calor.
Siempre tenia una frase para todo…
Preparaba una ensalada que solo era de el y nada mas
Pasaron años y aun no hay lugar en que la prueba y la coma , y piense …

Esto sabe a Guillermo.

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